Sacramento de la Eucaristía (Primera Comunión)


La Eucaristía es el culmen de la Iniciación Cristiana. Es la Cena del Señor que actualiza su sacrificio y en la que se nos da como alimento, un encuentro fraterno signo de comunión y de unidad. El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda dos grandes verdades de la fe eclesial eucarística: que la Eucaristía culmina la Iniciación Cristiana; y que es fuente y cima de toda la vida cristiana.

Puesto que no se puede pensar una vida plenamente cristiana sin la participación en los actos litúrgicos en los que los fieles congregados en asamblea celebran el misterio pascual, la iniciación religiosa de los niños no puede permanecer ajena a esta realidad. Si no se ha perdido el contacto durante los años anteriores, los padres y los niños estarán familiarizados con la parroquia, y estos últimos habrán sido despertados a la fe en la familia, y ahora es el momento de comenzar la catequesis en la comunidad parroquial. Otros niños no habrán tenido este despertar religioso en la familia. Por eso es conveniente que todos tengan un primer año de catequesis; unos niños para completar y otros para recibir el despertar religioso.

El ideal es conseguir de los padres un compromiso firme para que sus hijos asistan a la catequesis parroquial y se impliquen en el seguimiento de la evolución religiosa del niño.

Normativa diocesana y parroquial

Sobre la formación: La parroquia debe cuidar con esmero la preparación de los catequistas, dado que de ellos depende en buena medida la preparación de los catequizandos. Para participar en la mesa de la Eucaristía es imprescindible que los niños se hayan incorporado previamente al proceso catequético de la Iniciación Cristiana.

En nuestra parroquia hay tres años de preparación a la Primera Comunión (un año de despertar religioso y dos años más para instruirse a la recepción del más importante sacramento en el que se recibe a Nuestro Señor Jesucristo).

Sobre las celebraciones: en las Eucaristías dominicales dentro del proceso catequético se incorporan celebraciones, como las entregas del Símbolo y del Padrenuestro, renovación de las promesas del Bautismo y otras similares que puedan tenerse también en días de diario.

Es necesario poner gran empeño en la asistencia de los niños a la Eucaristía dominical. Por eso en nuestra parroquia, donde hay cuatro misas dominicales (sábados 8 de la tarde y Domingos 10 de la mañana y 12 y 1 del mediodía) se invita a los niños y a sus padres a participar semanalmente en alguna de estas. Además, una vez al mes, la Eucaristía del Domingo es preparada por los niños y sus catequistas, y orientada hacia ellos (programa aparte).

Sobre la edad de recepción de este sacramento: el Código de Derecho Canónico (914) determina que para recibir la Primera Comunión es necesario haber «llegado al uso de razón y estar convenientemente preparados». No es motivo suficiente para adelantar o retrasar la Primera Comunión el deseo de realizarla juntos varios hermanos. Dar la comunión a niños de edades inferiores o superiores, desajustándolos de su curso normal de catequesis y de las relaciones con sus compañeros suelen traer consigo inconvenientes. En el caso en que se acceda a que hagan la Primera Comunión dos hermanos, el hermano mayor tendría que esperar al menor.

Reflexión del párroco y de los catequistas

“Es el sacramento de la ilusión, de la primera fe consciente por parte del niño-a, donde todos disfrutamos también viéndolos a ellos tan entregados y confiados en Dios, en los padres y en sus catequistas. Reciben a Jesús con los brazos abiertos y el corazón absolutamente convencido y entregado, y a nosotros los adultos, esta actitud de nuestros pequeños, nos humaniza y nos hace recordar muchas cosas, quizás olvidadas, que hablan de Dios.

Y me diréis ¿Dónde está el problema? Todo se enreda, cuando hablamos de regalos, convidados, trajes, fotos, flores, y un largo etc., que nos desquicia a unos y confunde a los niños-as, que nada o muy poco entienden de eso, hasta que los mayores lo sacamos en casa y delante de ellos (culpabilizándoles de tomar su primera comunión). No es una ocurrencia, pasa con mucha facilidad, cuando se acercan estas celebraciones.

Y si a esto añadimos que es su primera y última comunión, todavía los confundimos más, y lo que es peor, dejamos al mismo Dios en muy mal lugar.

Ya sé que pensaréis que con normas y disposiciones que, con motivo de este acontecimiento sagrado, saquemos el sacerdote y los catequistas, no se adelanta nada, pero al menos permitirnos intentarlo. Y eso sí, que sepáis queridos padres, que es un día no solo para recordarlo toda la vida, sino que marca toda la vida de fe de nuestros más pequeños.

Todo el tiempo que le podamos dedicar a este acontecimiento es poco, porque es el primero de toda una vida. Los niños llevan preparándolo tres y cuatro años y creemos que tanto tiempo para un solo día sería ridículo. Reciben a Jesús, eso es suficiente para dedicarlo una eternidad si fuera necesario, y nos gustaría a todos que fuera sin interferencias. Pues pongámonos en marcha, padres y catequistas, porque los niños, ya se han puesto desde hace mucho tiempo”.


Entradas populares de este blog

ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO DE LA IMAGEN DE SAN LORENZO

Bienvenidos al Blog parroquial de San Lorenzo

Despedida a las Hermanas Vedrunas

𝐂𝐚𝐦𝐩𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐫𝐨𝐪𝐮𝐢𝐚𝐥 𝐒𝐚𝐧 𝐋𝐨𝐫𝐞𝐧𝐳𝐨-𝐁𝐞𝐧𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝟐𝟎𝟐𝟒