El pelícano, símbolo de la Eucaristía y del amor de Cristo

La imagen de un pelícano alimentando a sus polluelos siempre ha tenido gran simbolismo para la iglesia católica, siendo uno de los motivos más antiguos de la iconografía cristiana, prácticamente desde sus inicios, y uno de sus animales preferidos, junto a los del cordero y el ave Fénix. El pelícano, cuenta la leyenda (recogida en el Physiologus*) que para evitar que sus polluelos mueran de hambre en tiempos de escasez, hiere su pecho con su propio pico y les alimenta con su propia sangre; si los polluelos del pelícano mueren, éste se abre el costado y los trae de vuelta a la vida, a costa de la suya propia, rociándolos con su propia sangre. Tan admirable comportamiento condujo a relacionar al pelícano con Jesucristo, el cual ofrece su propio cuerpo en la Eucaristía para alimentarnos y comenzó a representarse como símbolo del amor. Los primeros cristianos, como no podían profesar abiertamente su fe, se valían de símbolos que pintaban o grababan en las lápidas de las tumbas para indicar ...